|
Puntos de vista sobre la Fraternidad Blanca Universal |
Svezda
Vida y enseñanza en Francia del Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov
Editorial Prosveta

|
“… (en la fraternidad blanca universal),
la fraternidad se realiza entre las distintas nacionalidades, las
culturas, las religiones, los rangos sociales y ello sin ningún
esfuerzo, sin que ni siquiera se planteen cuestiones de diferenciaciones.
Todos son considerados y se consideran como seres humanos, sin
más, y reconocen así espontáneamente que son
hermanos y hermanas, salidos de un mismo planeta, que comparten
la misma suerte frente a la vida y a la muerte. Todas las diversidades
se funden en una unidad constructiva, como las voces se unen en
una coral para realizar una única ejecución.” |
 |
Agnès Lejbowicz
Omraam Mikhaël Aïvanhov,
el Maestro de la gran Fraternidad Blanca Universal
Editorial Prosveta

|
“La fraternidad no es un eslogan ideológico
de proclama política o religiosa, una palabra hueca destinada
a adular a algunos para luego abusar mejor de su confianza. Tampoco
es un agradable ensueño sentimental de gente perezosa que,
huyendo de todos los problemas, se imaginan que deben ser mimados,
halagados por muchos amigos a su servicio. La fraternidad sólo
existe en la práctica de la vida fraternal: empieza cuando
hay hombres que, sin verse forzados a reunirse, como en el trabajo
social, para responder a las necesidades económicas de una
sociedad, se reúnen para rezar juntos, meditar juntos, cantar
juntos y comer juntos. Esta vida colectiva con un fin desinteresado
les obliga a hacer esfuerzos, a desarrollar su fuerza de carácter,
pero sobre todo a ensanchar su consciencia hasta el punto de sentir
que lo que le ocurre a uno, lo sufre el conjunto, y si hieren a
alguien, se hacen daño a sí mismos.” |
 |
|
“La fraternidad no destruye las familias, ni
las Iglesias, ni los partidos políticos, ni los países,
las naciones o las razas. Son las familias las que se destruyen
unas a otras, las Iglesias, los partidos políticos, los
países y las razas los que intentan siempre prevalecer unos
sobre otros hasta la exterminación. La fraternidad tiene
por objetivo unirlos, conectando a todos a un ideal más
elevado. La fraternidad aporta los métodos para superar
el espíritu sectario extendido por todos sitios. Resultado
de una consciencia personal hipertrofiada, el espíritu sectario
deniega la verdad a los demás, les niega el amor, pone en
duda su inteligencia y les priva de libertad; como patrimonio de
un Estado, priva de los bienes de primera necesidad; como patrimonio
de une religión, cree poder confiscar la Divinidad. Por
medio de una violencia más o menos disfrazada, el espíritu
sectario intenta convencer que es el único que legítimamente
posee estos bienes y puede otorgarlos. El espíritu sectario,
intolerante y siempre acusador, calumniador, fragmenta indefinidamente
la comunidad humana, la debilita, la mortifica, la mata. La fraternidad,
por el contrario, hace estallar todas las divisiones con un movimiento
interior de superación de sí hacia lo universal.
El espíritu de la fraternidad instaura por todos sitios
lazos que consolidan la comunidad humana. El espíritu fraternal
no limita, sino que libera y dilata, no acusa, sino que ayuda a
transformar el mal. No divide, sino que une; no daña, sino
que cura; no mata, sino que vivifica.” |
lInicio
de página l |
Georg Feuerstein
El Misterio de la luz
Editorial Prosveta

|
“Cuando Aïvanhov empezó a enseñar
en Francia hace más de medio siglo, llamó a su
escuela la Escuela divina y siempre pensó en ella en estos
términos. Consideraba la Escuela divina como parte de
la Fraternidad Blanca Universal, esta comunidad invisible de
seres superiores que quieren la evolución espiritual de
la humanidad. Cuando el número de miembros aumentó suficientemente
para formar una asociación legal, se escogió el
nombre de Fraternidad Blanca Universal.
En Europa occidental, y particularmente en América, este
nombre provocó ocasionalmente consternación y malentendidos,
pues la apelación «blanca» tiene connotaciones
raciales en estos países. Sin embargo, para Aïvanhov
y su fraternidad, que por otra parte cuenta con personas «no
blancas», el nombre tiene un sentido totalmente diferente.
Al igual que el color blanco representa la síntesis de
todos los colores, aquí «Blanca» representa
el conjunto de las virtudes que inspira una vida justa, iluminada
por el esplendor de la Realidad transpersonal. Aïvanhov
lamentaba que algunas personas se privasen de las ventajas de
su fraternidad solamente a causa de su nombre.
Siempre insistió en el hecho de que la Fraternidad Blanca
Universal no es un círculo exclusivamente reservado a
algunos privilegiados. Es más bien una comunidad de pensamiento,
abierta a todos los que comparten la misma forma de vivir y que
están en armonía entre ellos porque tienen los
mismos ideales espirituales. Y esta comunidad supera ampliamente
en número a los que se consideran sus únicos discípulos
en la Tierra. Según las explicaciones de Aïvanhov:
« La Fraternidad Blanca Universal es un poder que se extiende
por todo el sistema planetario, y más allá. No
hay que juzgar a la Fraternidad Blanca Universal por lo que es
aquí sobre la Tierra, un puñado de hombres que
no siempre son sensatos ni instruidos. La verdadera Fraternidad
Blanca Universal, que está arriba, incluye a todos los
seres más evolucionados; aquí, somos obreros que
intentamos beneficiarnos de la luz y del apoyo de estos seres
para realizar sus proyectos. Pero la Fraternidad Blanca Universal
que está abajo debe convertirse en el reflejo fiel de
la que está arriba, y para ello es necesario que sus miembros
sean cada vez más conscientes del privilegio de pertenecer
a esta entidad sublime.»
En otra conferencia, Aïvanhov declara: «El ideal
de la Fraternidad Blanca Universal es enseñar
a los humanos a no trabajar más sólo para ellos
mismos, sino para el mundo entero.» |
l Inicio
de página l |
Agnès Lejbowicz
Omraam Mikhaël Aïvanhov, el
Maestro de la gran Fraternidad Blanca Universal
Editorial Prosveta |
“Justicia, libertad, igualdad, estas tres nociones están
fundadas necesariamente en la idea de fraternidad para conservar
su significado ideal. Sin la fraternidad, estas tres nociones
se destruyen.
La justicia, invocada en todas las revoluciones, está basada
en la reciprocidad y en la igualdad de derechos. Pero en la reivindicación
de los derechos nunca obtenidos o siempre inciertos si se reconocen,
la justicia clama venganza y conduce a la lucha. Frente a la
justicia, existe ciertamente la injusticia. Pero de hecho existen
dos injusticias, precisa el Maestro. Una es privativa: frustra
ciertos bienes y prerrogativas a los que tienen derecho a ello.
La otra es sinónimo de amor: da a los que no tienen derecho
simplemente porque lo necesitan. La fraternidad se impone, pues,
como la injusticia por excelencia, en la cual está contenido
el criterio de lo justo: es puro desinterés que distribuye
a los que lo necesitan porque respeta su dignidad. Es la injusticia
justa que agrupa y une a los hombres, mientras que la justicia,
a pesar de su espíritu justo, los divide y los lleva a
la masacre por medio de interminables ajustes de cuentas. La
idea de fraternidad es la que ha hecho avanzar las sociedades
a través de los siglos hacia un derecho más imparcial
y menos cruel. La justicia sin la fraternidad es imposible.
La libertad rechaza la igualdad y viceversa: deseando manifestarse
tanto como yo, el otro me estorbará siempre en el ejercicio
de mi libertad. Así, sin el criterio de lo fraternal,
la libertad expresará siempre su grandeza y su decadencia
con la libre competencia y la ley de la jungla, tanto en el ámbito
económico como en el sexual, en el afectivo como en el
intelectual.
La igualdad sin la fraternidad conduce al inmovilismo y a la
mediocridad. En una sociedad igualitaria, ¿por qué hacer
esfuerzos? Se os reprochará querer superar a los demás.
Mientras que en la fraternidad se os pide que os superéis
a vosotros mismos para sostener a los demás, iluminarlos
y unirlos. En consecuencia la igualdad sólo se obtiene
cuando los hombres se ayudan mutuamente con un espíritu
fraternal, cuando intercambian libremente sus riquezas materiales
y espirituales, haciendo cada uno que los demás se beneficien
de sus propias fuerzas y cualidades. Sólo la fraternidad
transforma las desigualdades, asegurando vida y dinamismo a la
sociedad gracias a los diferentes intercambios, fundados en el
compartir y en la solidaridad.
El criterio de lo justo en la justicia, de lo libre en la libertad,
de lo igual en la igualdad, del cambio radical en la revolución,
lo aporta la idea de fraternidad.
|
 |
Georg Feuerstein
El Misterio de la luz
Editorial Prosveta
|
“Aïvanhov, como Deunov, era un portavoz incansable
del ideal de fraternidad entre todos los hombres, sea cual sea
su raza, su nacionalidad, sus creencias, su nivel de educación
o su situación en la vida… Siempre incitó a
sus discípulos a cultivar una actitud de amor fraternal,
no sólo unos con otros, sino también en su relación
con el mundo en general. Reconocía que la paz y la armonía
individual y universal sólo pueden manifestarse cuando
el amor funde las barreras que la gente tiende a levantar a su
alrededor. «En la armonía todo alcanza su plenitud»…
Aïvanhov consagraba incansablemente sus energías
al bien de su escuela… Fiel al ideal de equilibrio y de
armonía, dedicaba una parte de su tiempo al trabajo interior,
y la otra parte la pasaba en compañía de sus discípulos
y visitantes. Cuando estaba solo, trabajaba, rezaba, meditaba
y se ocupaba de su maravilloso jardín. Explica por qué actuaba
así:
«Si ustedes están siempre solos y no dan nada de ustedes
mismos, se sienten desgraciados, deprimidos, les falta algo. Y
si están siempre con los demás, lo pierden todo,
el depósito se vacía, y no les queda nada ni siquiera
para ustedes mismos.» |