Platon
Pero Sócrates siguió ahí, inmóvil
hasta la aurora y la salida del sol. Luego se fue, después
de haber dirigido su oración al Sol.
Victor Hugo
Contemplad la pureza divina de la mañana…
Esta prodigiosa
sonrisa, el sol.
El sol, esta flor de los esplendores infinitos…
HIMNO AL SOL DE LOS INDIOS ZUNÍES
Muy temprano, por la mañana,
nos despertamos, nos despertamos,
cuando la madre Dios-Sol se levanta.
La saludamos con alegría.
Ella nos acoge con un rostro radiante.
Ella nos recibe con un cálido
beso.
Tan dulcemente, tan dulcemente…
¡Escuchad, sólo
escuchad!
¿De dónde vienen todos esos sonidos lejanos?
Ecos
de allá donde la luz abunda, torrentes de cristal
de suave murmullo estallando sin medida.
Son los semillas de
oro del pensamiento,
los murmullos silenciosos, apenas percibidos,
que nos llenan de
alegría y de gozo, los senderos por los
que el alma se eleva.