¿Qué es un Maestro espiritual?
Un maestro siempre preconiza el esfuerzo personal.
Extracto de las Obras Completas – volumen
9 |
“… La transformación de los
seres sólo es posible con un trabajo diario. Si alguien
os dice: «Tome esta fórmula, estos talismanes. Estos
métodos mágicos, le salvarán de inmediato»,
son mentiras de una criatura que tiene interés en engañaros.
Un Maestro de la Fraternidad Blanca Universal os dirá: “Hijos
míos, todo es posible, pero solamente si hacéis
esfuerzos; de esta forma, lo que obtengáis será tan
estable que nadie podrá quitároslo.”…
… Siempre se espera que el amor, los conocimientos,
el poder vengan de fuera, como si fuera vino que se puede verter
en una botella. No, somos nosotros los que debemos trabajar cada
día para transformarnos. Desgraciadamente, en las escuelas
en las que se piden esfuerzos, nadie se queda mucho tiempo, mientras
que donde se cuenta que es posible tener todo tipo de bendiciones
sin hacer nada, dan ganas de quedarse. Por eso las verdaderas
enseñanzas no atraen a muchos discípulos. A los
hombres no les gusta que se les hable de esfuerzos, …
… Sólo existe una única filosofía verídica:
la del trabajo personal y colectivo consciente. Pero sé que
si les hablo de esta forma no volverán. Han venido para
escuchar revelaciones asombrosas y sensacionales, y yo insisto
siempre en los esfuerzos que hay que hacer. Estoy obligado a hacerlo,
sólo les puedo decir la verdad, …” |
|
Estudiar en la universidad y estudiar con un maestro
Extracto de las Obras Completas – Volumen
1 |
“… ¿Qué diferencia hay entre
lo que se estudia en la Universidad y lo que se estudia con un
Maestro? En la Universidad se aprende todo lo externo a la vida,
y después de varios años de estudios, uno sigue
siendo idéntico, con las mismas debilidades, los mismos
vicios…
… Por el contrario, el que ha estudiado con un Maestro constata,
después de cierto tiempo, una profunda transformación
en sí mismo; su discernimiento, su fuerza moral, sus posibilidades
de acción exterior e interior han aumentado…” |
Extracto de las Obras Completas – Volumen 10 |
Algunas veces me he entretenido jugando con las palabras
sustituyendo «maestro» por «metro» (en
francés, ambas palabras, «maître» y «mètre»,
se pronuncian igual). Un metro permite medir las distancias,
la longitud, la anchura, la profundidad, el grosor…
… Esta medida debe ir más allá, a la cuarta,
a la quinta dimensión. Por eso hay que tener un Maestro,
gracias al cual encontraremos un día al verdadero Maestro
que llevamos en nosotros mismos y con el que debemos fundirnos,
identificarnos; en ese momento, sí, uno llega a ser su propio
maestro, capaz de dirigir, de gobernar, de iluminar y de educar
a todo el pueblo de células y de entidades que albergamos
dentro de nosotros. Ser un Maestro es, en primer lugar, poseer
el control de sí mismo y criterios absolutos de discernimiento… |
|
Lo que caracteriza a un verdadero maestro es el desinterés.
Extracto de las Obras Completas – Volumen
23 |
“… Así, lo que caracteriza a un verdadero
Maestro no es su ciencia, su clarividencia o sus poderes, sino
su desinterés. Puede tener la ciencia, la clarividencia
y los poderes, pero si no es desinteresado, aunque los humanos
lo reconozcan como un Maestro, el Cielo no lo reconoce. … “ |
|
Las experiencias vividas por los maestros espirituales
Pensamiento cotidiano del 29 de septiembre de 2004
|
No se llega a ser un santo o un profeta en una sola vida. Es
necesario haber venido a encarnarse numerosas veces a la Tierra
y haber trabajado, trabajado… Pues la Tierra es eso: faltas,
errores, manchas. ¿Cómo podría un Maestro
espiritual ayudar a los humanos e instruirlos si, en otras encarnaciones,
no hubiera vivido las mismas experiencias, superado los mismos
obstáculos? ¿Qué mérito tendría
si no hubiera cometido los mismos errores y atravesado las mismas
pruebas antes de llegar a ser lo que es? Nunca osaría presentarse
ante los demás para pedirles que hagan esfuerzos que él
mismo no haya hecho ya. Si debemos seguir los consejos de los Iniciados
y de los grandes Maestros es porque conocen el camino, saben de
qué trampas está sembrado, y también saben
cómo superarlas. |
|
Verdaderos maestros y falsos maestros
Pensamiento cotidiano del 7 de agosto de 2002
|
Después de haber leído algunos libros de esoterismo,
hay personas que se creen capaces de jugar el papel de Maestro
espiritual. Y los demás, que son ingenuos, en lugar de estudiarlos
un poco para ver cómo se comportan verdaderamente, les seguirán
con los ojos cerrados. No se preguntan de dónde vienen,
cómo han vivido hasta entonces, quién era su Maestro,
quién les ha enviado… Ah, no, no, es inútil
plantearse la cuestión. Basta con que alguien les interprete
una comedia contándoles que en tres días serán
iniciados – a cambio de una suma importante, claro está – para
que le crean. Tienen prisa, comprendéis, la iniciación
no debe durar más de tres días, y por eso el primer
charlatán o estafador que quiera aprovecharse de su credulidad
es bienvenido: ¡les dará la iniciación! Pues
bien, puesto que cerraban los ojos, puesto que se empeñaban
tanto en ser engañados, ¡que luego no se quejen! |
|
Un verdadero maestro espiritual nos muestra el camino hacia
Dios |
No pueden pedir a un Maestro espiritual que posea todos los
saberes y todos los poderes. Sólo tienen derecho a pedirle
una cosa: que sea para ustedes una conexión con el Cielo,
que les muestre el camino hacia Dios, que les guíe por la
vía de la luz. Además, un verdadero Maestro espiritual
no les querrá para él, les llevará hacia Dios.
Y si insisten para quedarse con él, les dirá: «No,
no, no cuente tanto conmigo, yo no puedo darle todo, sólo
el Señor puede colmarle. Yo, sólo puedo ayudarle
a encontrar el camino. Soy, si quiere, como una cabina telefónica
que le permite comunicar con el mundo divino, con las jerarquías
celestiales, eso es todo». Esto es lo que dirá un
verdadero Maestro. Ahora, claro está, si no es un verdadero
Maestro, les contará todo tipo de cosas diferentes, y es
a ustedes a quienes les corresponde tener discernimiento. |
|
Un maestro nos revela nuestras riquezas interiores
Pensamiento cotidiano del 12 de marzo de 2001
|
A menudo, con lo que yo les digo, sé que algo en ustedes
se rebela. Piensan: “No nos habla más que del alma
y del espíritu, del alto ideal, de la vida divina, pero ¿no
ve en qué condiciones tan difíciles vivimos?” Sí,
lo veo, incluso sólo veo eso por todas partes. Pero también
veo otras cosas: veo las buenas condiciones que están ahí y
que ustedes no ven, porque se dejan obnubilar por sus dificultades.
Y lo que veo, sobre todo, son las buenas condiciones que ustedes
tienen, tesoros, riquezas formidables, mientras que ustedes sólo
ven la situación exterior, los inconvenientes de la vida
cotidiana. Cuando me comprendan, se sentirán más
fuertes, más ricos. Pues sí, siempre necesitan a
alguien que les anime, que les abra los ojos. Sólo ven sus
debilidades, su pobreza, cuando hay tantas otras cosas que ver,
y yo estoy aquí para mostrárselas. |
|