La ley de la reencarnación o el origen de las desigualdades
La ley de la reencarnación explica todas
las injusticias aparentes de la vida
Extracto de la Colección Izvor nº 202 |
En la vida encontramos a personas con buena salud,
bellas, inteligentes, ricas, que gozan de las mejores condiciones
y tienen éxito en todo lo que emprenden, y a otras, por
el contrario, tan desgraciadas que, hagan lo que hagan, van de
fracaso en fracaso. ¿Cuál es el origen de esta
desigualdad de condiciones? A menudo mucha gente se queda perpleja
ante lo que parece ser verdaderamente una injusticia del destino.
Si pregunten a los científicos sobre la razón de
estas desigualdades, la mayoría les dirán que se
deben al azar. Y si van a buscar a los sacerdotes, a los pastores,
les responderán que es la voluntad de Dios.
Algunas veces les hablarán de la predestinación
y de la gracia, pero esto no hace más que añadir
otra injusticia. De todas formas, decir “es la voluntad
de Dios” no es muy diferente de decir “es el azar…”
… No, en realidad, hay una explicación para todas
las injusticias aparentes de la vida: es la ley de la reencarnación.
Y la Iglesia no se ha dado cuenta de que negando esta ley, ha
presentado al Señor como un verdadero monstruo.
La explicación es que en el origen Dios nos lo ha dado
todo, también nos ha dado la libertad, pero nos hemos
servido de esta libertad para llevar a cabo experiencias costosas.
Y el Señor, que es generoso, paciente, nos deja hacer,
diciendo:
“Son mis hijos. Los pobres, sufrirán, se romperán
la cabeza, pero eso no importa, porque yo seguiré dándoles
mis riquezas y mi amor. Tienen numerosas encarnaciones por delante… Aprenderán
y sentarán cabeza.”
Por tanto, Él nos ha dejado libres, y todo lo malo que
nos sucede ahora es culpa nuestra, lo hemos merecido. Y todo
lo bueno que nos sucede, también lo hemos merecido, es
el resultado de nuestros esfuerzos en las anteriores encarnaciones…
… el conocimiento de esta ley de la reencarnación
es también uno de los fundamentos de la moral. Mientras
no se haya instruído a los humanos sobre esta ley de causas
y consecuencias que sigue actuando de una existencia a las siguientes,
podemos intentar que mejoren dándoles todos los sermones
que queramos, pero esto no sirve de mucho, no cambian. Y no sólo
no cambian, sino que se rebelan al considerarse víctimas
de la injusticia social, envidian y combaten a los que consideran
más privilegiados que ellos, y de esta forma no hacen más
que complicar la situación. Pero aquél que sabe que
las dificultades y las pruebas que encuentra en su existencia son
el resultado de sus transgresiones pasadas, no solamente acepta
sus dificultades, sino que se decide a trabajar para el bien, con
el fin de mejorar sus encarnaciones futuras. |
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Por qué algunos creen en Dios y otros no creen en Él
Pensamiento del 23 de agosto de 2004 |
¿Por qué para algunos creer en Dios es una evidencia
y para otros no lo es en absoluto? La explicación es simple:
desde su nacimiento, cada ser humano viene a la Tierra con la suma
de las experiencias vividas en sus encarnaciones precedentes. Lo
que ha estudiado, verificado en sus anteriores existencias se ha
grabado en su alma y aparece en ésta como intuición
del mundo divino. Si ahora reconoce la existencia de su Padre Celestial
es porque ya ha estado con Él desde hace mucho tiempo, ha
comulgado con Él, y ha sido marcado por huellas tan poderosas
que no puede dudar: sabe. La fe es, por tanto, un saber fundado
en una experiencia. Aquél que, a lo largo de sus encarnaciones
anteriores, ha hecho experiencias en las regiones inferiores de
su ser, extrae de estas experiencias conclusiones que considera
evidentemente como la verdad. Y aquél que ha hecho experiencias
en las regiones superiores del alma y del espíritu, también
saca conclusiones, pero estas conclusiones son evidentemente diferentes. |
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La reencarnación relativiza la noción de pertenencia
a una patria o a una religión
Pensamiento del 28 de enero de 2001
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Un país es como un río donde se encuentran, durante
cierto tiempo, almas de una gran diversidad que un decreto del
destino ha hecho que desciendan precisamente a este lugar: algunas
vienen ya de este país, pero la mayoría vienen de
otro sitio. Por eso, cuando algunos, en nombre del amor a la patria,
se creen justificados para despreciar o incluso odiar a otros países,
no se dan cuenta, los pobres ignorantes, que en otra encarnación
han sido ciudadanos de estos países y mantenían los
mismos razonamientos estúpidos y limitados en relación
a la patria que ahora quieren defender… Un país es
nuestra patria sólo durante esta encarnación. ¡Cuántos
franceses han detestado Alemania o Inglaterra sin pensar que en
una encarnación precedente fueron alemanes o ingleses y
que entonces detestaron Francia!... Esta ley es la misma para los
países del mundo entero y vale también para las religiones. ¡Cuántos
cristianos odian a los judíos o a los musulmanes, sin imaginar
ni un segundo que, en otra encarnación, ellos mismos han
sido judíos o musulmanes! Y ocurre igual con los judíos
y los musulmanes… Pertenecer a un pueblo o a una religión
siempre es una experiencia limitada en el tiempo. |
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¿Por qué la Iglesia ha suprimido la idea de
reencarnación?
Extracto de las Obras Completas – Volumen
12 |
Hasta el siglo sexto los cristianos creían en la reencarnación,
al igual que los judíos, los egipcios, los hindúes,
los tibetanos, etc… Pero seguramente los Padres de la Iglesia
se dijeron que esta creencia hacía que las cosas fuesen
para largo, que la gente no tuviera prisa para mejorarse, y quisieron
por tanto incitarles a que se perfeccionaran en una sola vida suprimiendo
la reencarnación. Además, poco a poco, la Iglesia
inventó cosas tan espantosas para asustarlos que en la Edad
Media sólo se creía en los diablos, en el Infierno
y en los castigos eternos. Se suprimió por tanto la creencia
en la reencarnación a fin de que la gente mejorase por el
miedo y el temor, pero no sólo no se han mejorado, sino
que se han vuelto peores… ¡y además ignorantes!
Por eso hay que retomar esta creencia, si no nada está en
su sitio: la vida no tiene sentido, el Señor es un monstruo,
etc… |
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