El papel del sol en la vida espiritual
La búsqueda
de nuestro propio centro
Pensamiento
del 16 de agosto de 2003
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Nuestro sol es el centro de todo un sistema planetario,
al que sostiene, organiza y vivifica. Si el movimiento de los planetas
es considerado como la imagen misma de la armonía universal
es precisamente porque los planetas giran alrededor de un centro
que mantiene este equilibrio maravilloso. Si el sol desapareciera
del lugar que le corresponde, en el centro, sería un caos.
Y ocurre igual con nuestra vida interior: mientras no tengamos
un centro que mantenga, equilibre y coordine los movimientos de
la periferia, es decir, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos,
nuestros actos, no podemos tener una vida y una actividad armoniosas,
constructivas. Entonces, ¿por qué vamos por la mañana
a contemplar el sol que se levanta? Para hacer un ejercicio de
una gran importancia. Mirando el sol, al esforzarnos en identificarnos
con él, poco a poco encontramos nuestro propio centro. |
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El sol nos enseña la religión y
la fraternidad universal
Extracto de las Obras Completas – Volumen 22
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La verdadera religión enseña que
los humanos deben acercarse a la luz, al calor y a la vida del
sol, es decir, buscar la sabiduría que ilumina y resuelve
los problemas, el amor desinteresado que embellece, anima y consuela,
la vida sutil y espiritual que nos hace activos, dinámicos
y audaces, a fin de realizar sobre la Tierra el Reino de Dios
y su Justicia. Por eso nadie puede combatir esta religión;
si intentamos destruirla, nos destruimos a nosotros mismos, porque
nos limitamos.
Cuando esta comprensión de una religión universal
penetre los espíritus, toda la organización de la
vida será universal: ya no habrá separaciones entre
los humanos, ni fronteras, ni guerras. Es preciso que todos acepten
la religión y la fraternidad universales que nos enseña
el sol. Conociendo al sol en sus manifestaciones sublimes de luz,
de calor y de vida, los humanos se acercarán cada vez más
a la Divinidad, y la Tierra llegará a ser un jardín
del paraíso donde todos los hombres vivirán como
hermanos. |
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El sol es la mejor ilustración del amor divino
Pensamiento
del 18 de septiembre de 2003 |
El sol brilla, y brilla sin preocuparse por saber si las criaturas
a las que envía sus rayos son inteligentes o estúpidas,
buenas o criminales, si merecen o no sus beneficios: las ilumina
a todas sin distinción. Por eso se puede decir que el sol
es la mejor ilustración del amor divino. Considerad incluso
los seres más extraordinarios que han existido en la Tierra:
todos han tenido algunas predilecciones, algunas preferencias o
incluso algunas animosidades. Sí, ni siquiera los más
grandes profetas, los más grandes Maestros no han podido
liberarse completamente de la necesidad de aplicar la ley de justicia
y de castigar a los malvados, porque esto es lo más difícil.
Sólo el sol considera a los humanos como Dios mismo. Sabe
que son chispas divinas que volverán algún día
al seno del Eterno. Por eso, desde hace miles de años tiene
la paciencia de seguir calentándolos, iluminándolos,
vivificándolos. ¿No basta este ejemplo para estimularnos? |
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La imagen de la perfección es el sol
Pensamiento del
4 de mayo de 2001 |
… La imagen de la perfección es el sol; y si lo
consideran como modelo, con el deseo de iluminar, calentar y vivificar
como él a las criaturas, van a transformarse. Nunca obtendrán
la luz, el calor y la vida del sol, es evidente, pero el sólo
el deseo de adquirirlos ya les proyectará a las regiones
celestiales, donde harán maravillas. El deseo de dar la
luz, el calor y la vida es lo que les hará más luminosos,
más calurosos, más vivos. |
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El hombre necesita amar a Dios
Pensamiento del 26 de mayo de 2003 |
Al igual que el sol, Dios nos da todas sus bendiciones, pero
si le cerramos nuestro corazón, no las recibiremos. ¿Por
qué abrir nuestro corazón a Dios? En realidad Dios
no necesita nuestro amor, pero ha construido al hombre de tal manera
que es éste quien necesita amar a Dios, es decir abrirse
para que Dios pueda penetrar en él. Si no se abre o si prefiere
seguir bajo las nubes, es libre, por supuesto, Dios le deja hacer.
Dirán: «De acuerdo, Dios le deja hacer, pero se irrita
y lo castiga.» ¡En absoluto! Dios tiene otras muchas
cosas que hacer que castigar o recompensar a los humanos. Son éstos
los que, con su buena o mala actitud, desencadenan en su corazón
y en su alma estados armoniosos o desarmoniosos, que les hacen
pensar que Dios les protege y les sonríe, o bien les abandona
y les castiga. |
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Dar frutos
Extracto de la Obras Completas – Volumen
10 |
Para que crezcan las semillas que han sido depositadas en nuestra
alma, nuestro espíritu, nuestro corazón, nuestro
intelecto, nuestro cuerpo físico, debemos acercarnos al
sol. El día en que el hombre comience a acercarse al sol
espiritual, todas las semillas depositadas en él podrán
crecer, desarrollarse y dar frutos. |
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