¿Qué es la ciencia iniciática?
Y.
Marchesani |
Una escuela iniciática
nos enseña
el sentido de nuestra vida terrestre
Pensamiento del 10 de agosto
de 2003
Si hemos bajado a la Tierra es, en primer
lugar, para cumplir con las deudas que hemos contraído en
nuestras encarnaciones precedentes. Después debemos comprender
la situación en la que nos encontramos actualmente. Y, por último,
debemos trabajar para perfeccionarnos en todos los ámbitos.
La mayoría de los humanos no conoce la razón de su
vida en la Tierra, e incluso se preguntan qué hacen en ella
y, mientras esperan para marcharse de nuevo, se contentan con comer,
beber, dormir, divertirse, pelearse… Pero para el discípulo
de la ciencia iniciática, todo está claro: sabe que
debe reparar los errores cometidos en sus vidas precedentes. Luego,
intenta comprender por qué está en tal país,
en tal familia, por qué posee tales facultades o tales lagunas
y lo que se espera de él. Por último, se esfuerza
en desarrollar todas las semillas de las cualidades y virtudes
que el Creador ha puesto en él desde la eternidad. Por eso
es tan indispensable una escuela iniciática, porque no hay
nada por encima de la luz que aporta al discípulo sobre
el sentido de su vida terrestre. |
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El objetivo de la iniciación
Extracto de las Obras Completas – Volumen 30 |
… No por leer libros iniciáticos llegarán
a ser Iniciados. La iniciación es un trabajo ininterrumpido
de organización, de purificación, de control. Por
eso, lo que ocurre actualmente, este interés que se observa
cada vez más por las obras de ocultismo no es en realidad
la necesidad de una verdadera espiritualidad, sino el deseo de
sumergirse en un terreno desconocido, misterioso, prohibido.
Además, se ven los resultados: estos libros no hacen que
la gente sea más sensata, más equilibrada, más
pura, al contrario, liberan en las personas fuerzas oscuras,
trastornan sus ideas, las hacen víctimas de entidades
inferiores que sólo buscan dañar a los
humanos…
… El objetivo de la iniciación es, en primer lugar,
despertar la consciencia del discípulo a la existencia del
mundo superior, después trabajar para hacer de su cuerpo
una morada para la Divinidad. Y esto es precisamente lo que hacemos
en la Escuela Divina: despertamos nuestra consciencia al mundo
divino y construimos nuestro templo con los materiales más
puros para atraer al Espíritu Santo, con el fin de que haga
de nosotros su morada. Este templo es el cuerpo de gloria, del
que les hablé al explicarles cómo atraer las partículas
celestiales que deben contribuir a su edificación. |
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La unión del espíritu y de la materia
Pensamiento del 2 de julio de 2003 |
Se ha hablado y se ha escrito mucho sobre las iniciaciones,
pues a lo largo del tiempo y en diferentes lugares de la Tierra éstas
han adoptado formas muy diversas. En realidad, todas las iniciaciones,
las del pasado y las de hoy, y sea cual sea el lugar, tienen sólo
uno objetivo: realizar la unión del espíritu y de
la materia. Sí, un solo fin: la unión, la fusión
del espíritu y de la materia, del hombre y de su Creador.
Y si para alcanzar este fin único las explicaciones, las
presentaciones son tan variadas y múltiples, es porque los
conocimientos necesarios para realizar esta fusión son infinitos.
Todos los medios que el hombre posee, todos los conocimientos que
adquiere continuamente, debe ponerlos al servicio de un solo fin:
unirse a la Divinidad, fusionarse con la Causa primera. Mientras
busque otra cosa, no hará más que errar por caminos
sin salida. |
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¿Qué se busca en una Escuela iniciática?
Pensamiento del 6 de abril de 2003 |
En el pasado, el que quería ser admitido en una Escuela
así, era sometido a ciertos exámenes que debían
revelar sus cualidades mentales y psíquicas. Se le encerraba,
por ejemplo, en una habitación después de haber puesto
ante él una figura geométrica (círculo, cuadrado,
triángulo…) y debía interpretarlo. Se le dejaba
allí con un poco de agua y de comida, y algunos días
después se le pedía que expusiera el resultado de
sus meditaciones. En función de la interpretación
que hacía de la figura, se le aceptaba o no en la Escuela.
Ahora, las Escuelas iniciáticas están abiertas a
todos, lo que, por un lado, es algo bueno, pues cada uno a su nivel
puede, si es sincero, encontrar por lo menos una verdad que le
permitirá progresar. Pero aquellos que, empujados por la
vanidad, la codicia, la sensualidad, el gusto por los poderes,
buscan otra cosa que no sea el perfeccionamiento, corren, psíquicamente,
los mayores peligros. |
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