El silencio
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El silencio es la expresión de la armonía
Pensamiento del 28 de noviembre de 2003
El silencio es la expresión de la paz, de la armonía,
de la perfección; aporta las mejores condiciones para la
actividad psíquica y espiritual. El que ama el silencio
y lo comprende consigue realizarlo poco a poco en todo lo que
hace: cuando mueve los objetos, cuando habla, cuando camina, cuando
trabaja, en lugar de trastocarlo todo, consigue ser más
atento, más
delicado, más flexible. Todos sus actos, sus gestos, sus
actitudes están impregnados con algo que parece venir de
otro mundo, de un mundo de poesía, música, danza,
inspiración. |
Pensamiento del 16 de marzo de 2003 |
Aprendan a amar y a cultivar el silencio en sus
gestos, en sus actividades, en todas sus manifestaciones cotidianas. ¿Por
qué los humanos tienen tendencia a hablar alto, a gritar,
a zarandear los objetos, a dar portazos? Estos comportamientos
no sólo son desagradables para su entorno sino que también
son negativos para ellos. ¿Pero acaso se dan cuenta? No.
Se manifiestan tal como son; piensan que así están
muy bien, y que los demás tienen que soportarles. Pues bien,
esta es una forma de egoísmo muy perjudicial para la evolución.
Sí, cuidado, deben estar atentos para no molestar a los
demás con el ruido, y de esta manera desarrollarán
numerosas cualidades: la delicadeza, la sensibilidad, la armonía,
lo que creará en ustedes las mejores condiciones para entrar
en contacto con las entidades luminosas del mundo invisible. |
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El silencio es una cualidad de la vida interior
Extracto
de la Colección Izvor nº 229 |
¡Cuánto nos equivocamos al pensar que el silencio
es necesariamente el desierto, el vacío, la ausencia de
toda actividad, de toda creación, en una palabra: la nada!
En realidad, hay silencios y silencios, y de una forma general
se puede decir que existen dos tipos de silencio: el de la muerte
y el de la vida superior. Este silencio de la vida superior es
precisamente el que hay que comprender y del que hablamos aquí.
Este silencio no es una inercia sino un trabajo intenso que se
realiza en el seno de una perfecta armonía. Tampoco es un
vacío, una ausencia, sino una plenitud comparable a la que
experimentan seres unidos por un gran amor y que viven algo tan
profundo que no pueden expresarlo con gestos o con palabras. El
silencio es una cualidad de la vida interior. |
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Pensamiento del 8 de enero de 2001 |
En la vida espiritual el silencio nunca es un fin en sí mismo,
sólo tiene la función de ofrecer condiciones favorables
al trabajo del pensamiento. El silencio por sí mismo no
aporta mucho; claro está, apacigua, calma, pero eso es todo.
El verdadero papel del silencio es permitir el desarrollo del pensamiento
y de la imaginación. Por tanto, siempre que tengan ocasión
de saborear verdaderos momentos de silencio, en su casa o en la
naturaleza, intenten crear con el pensamiento algo puro, cálido,
luminoso, para que la atmósfera vibre a su alrededor y para
que todos los que vengan luego a visitarles o que pasen por ahí se
sientan impulsados a hacer el bien. ¿Para qué sirve
quedarse ahí, inmóvil? ¡No debemos quedarnos
como una piedra! Incluso en la inmovilidad y el silencio, hay que
saber ser dinámicos y creadores. |
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