La meditación
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Cómo meditar
Pensamiento del 7 de abril de 2004
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Cuando se interesan por la vida espiritual, la mayoría
de las personas chocan con el problema de la meditación:
no saben concentrarse. ¿Por qué? Porque no han aprendido
a escoger los temas de meditación, se lanzan ciegamente,
sin método. Esto lo deben tener ustedes bien claro. La primera
regla es, evidentemente, escoger un tema de naturaleza espiritual;
y la segunda, amar este tema. El amor que tienen por un ser o un
objeto es el que les une a él. Cuando no aman son, por decirlo
de alguna manera, como un sello de correos sin pegamento: ¡no
se adhieren! El error de los principiantes es que quieren concentrarse
enseguida sobre las cuestiones filosóficas y místicas
más abstractas: la verdad, la eternidad, el infinito, el
Absoluto, el Ser supremo. Esto es un error. Empiecen concentrándose,
por ejemplo, en una imagen pura, bella, que les guste, una imagen
de la naturaleza o del arte. De esta forma su cerebro se acostumbrará a
concentrarse, y poco a poco podrán meditar sobre temas más
elevados. Para obtener resultados en la vida espiritual, hay que
saber servirse de la fuerza formidable del amor. |
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Cómo meditar
Pensamiento del 2 de mayo de 2003 |
La meditación es un ejercicio difícil, pues requiere
un gran control del pensamiento. Sin embargo, el pensamiento es
rebelde, le gusta divagar, vagabundear, y si intentan detenerlo
bruscamente bloquearán su cerebro. El cerebro es como un
aparato que hay que poner en marcha suavemente, de la misma forma
que se deja calentar el motor de un coche antes de ponerse en marcha.
Por tanto, cuando quieran meditar, no intenten dominar enseguida
su pensamiento: protestará, se encabritará e incluso
les tirará al suelo. Empiecen por establecer un estado de
paz, de armonía, y luego, poco a poco, lleven su pensamiento
en la dirección que quieren hacerle tomar; algún
tiempo después estará a su disposición y les
obedecerá. Hay que ser muy hábil, muy diplomático
con nuestro pensamiento. Cuando hayan aprendido a dominarlo, durante
todo el día, sin que tengan que intervenir más, continuará en
la dirección que hayan querido darle. |
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Concentración, meditación, contemplación
Extracto
de las Obras Completas – Volumen 18 |
…La concentración es una de las facultades
más necesarias en la mayoría de las actividades…
…La meditación es una actividad del intelecto
que se esfuerza en penetrar las verdades espirituales.
La contemplación es una actividad del corazón
o del alma que se detiene en una imagen, una cualidad o una virtud,
para regocijarse con su luz, con su belleza y comulgar con ella.
Y por encima de la meditación y de la contemplación
se encuentra el trabajo mágico, que es una actividad de
la voluntad, del espíritu que se identifica con el Creador
para crear.
Algunos días el discípulo tiene tendencia a trabajar
más bien con el intelecto, busca, profundiza, ahonda: medita.
Otros días, se siente en la armonía, la paz, la beatitud
y se siente inclinado a contemplar. Finalmente, a veces siente
un deseo de actuar, de crear, de desencadenar fuerzas. En estos
días se manifiesta su voluntad. Seguramente han experimentado
estos tres estados, pero quizás no los habían percibido
bien, ni clasificado. Llega el momento en que deben conocerse,
saber qué disposiciones han tenido a lo largo del día,
sobre qué han trabajado, cuál ha sido el factor dominante
en su fuero interno… |
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