Nunca dejar inactivo a un niño
Extracto
de la Colección Izvor nº 203 |
¡Ya ven que satisfechos están los
niños por haber cantado! Para ellos, es algo serio. …han
hecho algo importante. Durante toda su vida se acordarán
de que han cantado en público. Para ustedes quizás
no sea nada, pero para ellos es un acontecimiento; si entran
en el corazón de estos niños, verán que
es un acontecimiento. Ahora deben animarlos, decirles que ha
sido magnífico, que necesitamos escucharles y que deben
aprender otros cantos.
Hay que despertar en los niños el deseo de mostrarse lo
más capaces posibles en una u otra actividad. Es el mejor
medio de impedirles que hagan tonterías y que pierdan su
tiempo. Nunca hay que dejar a un niño inactivo. A menudo
para pedirle a un niño que se quede quieto se le dice: «sé bueno».
Pero ¿por qué confundir la bondad con la inmovilidad? ¿La
bondad es no moverse, no hacer nada? No nos extrañemos después
si el niño detesta la bondad, pues en su cabeza va unida
a la inmovilidad, ¡y él es tan dinámico! Además,
es mejor no pedir a un niño que no se mueva, sino darle
siempre algo que hacer para ocuparlo. |